De los diversos tipos de finales, resulta evidente que el de torre es el más difícil e importante. No sólo se presenta con más frecuencia, sino que también se caracteriza por su gran riqueza de posibilidades, en maniobras.
En ningún otro tipo de finales se puede apreciar tan claramente como éstos, las variadas fases del combate: se descubre el ataque y la defensa, el ataque con sacrificio y el contraatque, juegos pacíficos y tremendas complicaciones, celadas y estratagemas, amenazas de mate, posiciones cerradas y posiciones abiertas. En síntesis: los finales de torre son una imágen del medio juego.
Los tratados se ocupan generalmente de los finales de torre utilizando composiciones fabricadas, tipo problema. Al lado de las posiciones teóricas -cuyo conocimiento es sumamente útil- presentan toda suerte de posiciones excepcionales y no aquellas posiciones que ofrecen todos los días en las partidas vivas en el plano magistral y que, por lo tanto, son las más necesarias para un mejor raciocinio.
Valorización instructiva de la ventaja.- Por lo común, la victoria se obtiene sobre la base de una ventaja material. Pero, en rigor de verdad, no siempre es posible forzar un triunfo en un final de torres por una mera ventaja de fuerzas. La ventaja no influye siempre de manera decisiva. Comenzaré con un ejemplo en el cual se muestra la valorización perfecta de la ventaja de un peón.
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